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“Es un acto revolucionario y de absoluta justicia”

El Diputado Provincial Franco Caviglia se refirió a la actualización fiscal de propiedades rurales y a la violenta reacción de sectores vinculados a la Sociedad Rural y a otras entidades agrarias.

¿Cómo están sufriendo los legisladores del oficialismo la presión de las sectoriales agrarias sobre el proyecto de reevaluación inmobiliaria rural?
El lobby ruralista se mantiene y se va a seguir manteniendo, pero en la Cámara de Diputados existe un conjunto de legisladores que conforman la mayoría que esta de acuerdo en la necesidad de que en materia impositiva se debe cumplir un principio, que para nosotros es un axioma, que es que el que tiene más tiene contribuir más.
Creemos que es absolutamente injusto que no se reevalúen los inmuebles rurales así como se hace con los inmuebles urbanos, y esto hizo, a modo de ejemplo, que un propietario de trescientas o cuatrocientas hectáreas no pague impuesto a los bienes personales por la baja valuación fiscal que tienen los campos. Un impuesto a los bienes personales que paga cualquier familia de clase media que tiene un departamento de tres ambientes y un automóvil. Esto es absolutamente injusto.
El valor sobre el cual debe tributar la propiedad rural es sobre su valor real de mercado, pero para esto tenemos que seguir luchando contra estas corporaciones que defienden intereses particulares en contra de los intereses colectivos del conjunto.
El proyecto ya está muy avanzado y de no poder hacerse de una sola vez como lo pretendía el Justicialismo, se hará en etapas y progresivamente, que fue la propuesta del FAP (Frente Amplio Progresista), el grupo de Binner. Ellos lo están haciendo de esta manera en Santa Fe y tendríamos que acceder a hacerlo con un modelo similar, que para nosotros no es el ideal, porque la situación actual no es justa y se debe regularizar lo antes posible, pero el hecho de hacerlo por etapas ya es un avance y en cuatro años quedaría tributando el inmueble rural por su valor real.

¿Se puede decir que la primera batalla en este tema se ganó con el conocimiento de la gente de lo injusto que es el valor irrisorio sobre el que estaban tributando quienes tienen propiedades rurales en la Provincia?
Yo creo que si. En un primer momento sobrevoló el fantasma de la 125 y se trató de hacer aparecer a los legisladores como aves de rapiña que íbamos un poco que a robar a los productores rurales, y nada de esto es cierto.
La sociedad ha entendido el núcleo de este problema que está en la sub valuación de los inmuebles rurales. La última reevaluación de los inmuebles rurales se hizo en 1951, precisamente durante el gobierno peronista, y después por esta misma presión de estos lobbys y estas corporaciones, no hubo posibilidad de llevarlos a su valor real. Por eso este es un acto revolucionario y de absoluta justicia que va a beneficiar al noventa y cinco por ciento de la población y de ninguna manera va a perjudicar a los que más tienen, sino que va a blanquear la situación de lo que siempre debieron pagar y no estuvieron pagando durante todo este tiempo.
La gente ha entendido en este tema que lo que se está haciendo es un verdadero acto de justicia y de reparación histórica.

Desde los medios hegemónicos siempre se habla de la prepotencia del gobierno y de algún sector de los trabajadores, pero ¿hay algún sector de la sociedad que haya demostrado la prepotencia del sector rural como para intentar meterse por la fuerza en el recinto del Congreso amenazando a los legisladores?
Esto lo viví personalmente la semana pasada y los legisladores estuvieron constantemente presionados por estas corporaciones; constantemente amenazados, lo que llevó a una crisis dentro del Radicalismo que se quebró en tres sectores, pero afortunadamente el FAP, como un espacio nuevo de contenido socialista, entendió mucho mejor esta cuestión y ha tenido la grandeza que no tuvieron ni el PRO ni el Radicalismo. Ya no digo para acompañar la votación pero si para al menos discutir la problemática en el recinto, que era lo que nosotros pretendíamos.
La sanción final que va a tener esta ley, pone una vez más de manifiesto los intereses que defienden estos sectores minoritarios, corporativos, que representan a los grandes propietarios, porque no representan al chacarero ni al que trabaja día a día la tierra. Representan a una absoluta minoría que quieren hacer valer su poder y su dinero sobre los interese del conjunto.