02/01/13-.Así
lo establece un proyecto de ley que anunció el diputado Walter Martello (Coalición Cívica-ARI) junto a la
concejal de Villa Gesell, Irene Frick, con la que se entrevistó hoy, en el
inicio de la actividad política 2013. La iniciativa parlamentaria busca
restringir el funcionamiento de financieras, casas de cambio y de empeño para
evitar que solventen apuestas.
El presidente del
bloque de diputados provinciales de la Coalición Cívica-ARI, Walter Martello, presentó un proyecto de ley
para prohibir los sistemas promocionales y de créditos en casinos y bingos
bonaerenses. La iniciativa plantea limitar el funcionamiento a la distancia de
casas de cambio de moneda extranjera, financieras, casa de empeño o cualquier
actividad vinculada a préstamos personales no bancarios que tengan como destino
solventar las apuestas de aquellas personas que concurren a las salas de juego
en la Provincia.
“El Estado no
puede seguir mirando para otro lado, mientras crece el número de familias
destruidas por el flagelo de la ludopatía. El juego está esquilmando las
economías locales y regionales”, denunció Martello desde Villa Gesell, donde la CC-ARI
viene realizando una intensa actividad política y partidaria.
El legislador
agregó: “Tenemos que evitar que se instale en la Provincia esa perversa
modalidad llevada adelante por las organizaciones que le entregan a los
apostadores créditos sin interés de hasta un millón de dólares en fichas para
que jueguen en los casinos de Las Vegas”.
Martello remarcó que el
Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC) sigue siendo manejado, desde
las sombras, por Luis Alberto Peluso, un íntimo amigo del gobernador Daniel
Scioli que se dedicaba a organizar viajes a Las Vegas y que oportunamente fue
denunciado por un ex empleado llamado Rubén José Curdi por ser prestamista en
los casinos flotantes de Puerto Madero.
Curdi habló, en
su presentación judicial, sobre una mesa de dinero clandestina que
aparentemente era manejada por Peluso y mencionó que él mismo entregaba los
billetes a los jugadores en cifras que, según manifestó, estaban entre uno y
dos millones de dólares, por semana. Hace un mes, Martello se presentó
en los tribunales y pidió tomar vista del expediente, atento a la gravedad de
la denuncia.
Actualmente, los
empresarios del juego implementan distintos sistemas de créditos –como es la
caso de la Tarjeta Codere- que les permiten a los apostadores canjearlos por
distintos premios, en función de las sumas de dinero apostada, que van desde
souvenirs hasta televisores LCD y viajes a Cancún.
Otra modalidad
son los sorteos de autos O km, como los que suele realizar Argentine Gaming
Group, empresa más conocida por sus siglas AGG, que regentea tres salas de
bingos –con tragamonedas- en el Conurbano bonaerense: Avellaneda, Alto
Avellaneda y Florencio Varela. AGG también tiene una tarjeta de premios llamada
Joker, que permite ir acumulando créditos en función del dinero apostado en la
sala y canjearlos por distintos productos.
En el año 2010,
Jorge Rodríguez, titular de Lotería, firmó la Resolución 522, autorizando a las
salas de bingo a implementar beneficios a través de créditos que podían sumarse
en relación a la cantidad de lo que se jugaba en los bingos. Por ejemplo, se le
podía conceder a un cliente cien puntos por cada veinte pesos que apostaba en
una máquina tragamonedas y esos puntos, a la vez, ser convertidos en créditos
para seguir jugando. Pero no es todo: si algún apostador llegaba a los
doscientos cincuenta pesos jugados, la sala de bingo le otorgaba un premio de cinco
pesos para que regresara al día siguiente.
Esta medida
produjo un fuerte rechazo en la sociedad. Y llevó a que el Juzgado Municipal de
Defensa del Consumidor de La Plata, a cargo de Dante Daniel Rusconi, dictara
una disposición preventiva ordenando al “Instituto y al Bingo de La Plata que
se abstengan o cesen, según sea el caso, de aplicar la Resolución 522”.
Finalmente, el IPLyC dejó sin efecto la normativa en cuestión.
“Es evidente que,
pese a las propias resoluciones del gobierno provincial, las autoridades hacen
la vista gorda y por eso los sistemas promocionales igual tienen plena
vigencia: ello choca frontalmente con el discurso oficial de la prevención del
juego compulsivo y del interés en la preservación de los valores familiares”,
concluyó Martello.